Desde hace algunos años comenzó a resonarme la palabra meditación. De repente comencé a escucharla diariamente.
También me llamaba la atención aquellas personas que podían mantenerse centrados, aun en la tormenta. Intuí que esas observaciones tendrían algo en común.
Sobre esto quiero compartir hoy…
Al meditar cultivamos esa parte neutra que esta en nosotros. La vamos nutriendo y expandiendo para que forme parte cada vez mas activa en nuestra vida. Ese observador neutro es el que desde el presente mira sin juzgar por estar desapegado del ego.
Es desde ese tiempo presente que la practica espiritual se torna consiente. Entonces la experiencia tiene entrega, es como un regalo “estoy ofrendando un momento a eso que quiero ver florecer en mi vida”.
Si nuestras practica se vuelve autómata, deja de tener ese dejo de momento especial. Al no estar presentes, tampoco estamos conscientes y el ego toma las riendas.
Entonces ir hacia adentro todos los días nos afirma la confianza de la existencia de ese espacio. Y aunque diariamente sea la misma practica, siempre es diferente porque tiene ese dejo del momento presente, entonces es única y es perfecta si es que no estamos en el automatismo de la mente.
Crear una disciplina permite sostener una practica, porque para el ego engañoso siempre hay una excusa para no hacerlo. Tener ese compromiso no te deja lugar a duda, no importa si no tengo ganas o me duele algo, me siento y la hago. Al finalizar seguramente las resistencias mermaron.
Entonces fortalecemos la voluntad frente a las debilidades del ego. Porque estamos trabajando para que cuando haya circunstancias difíciles en la vida sepamos pararnos desde el centro y podamos tomar decisiones concientes. Porque hemos comprobado que existe y practicando esa conexión es como la afirmamos día a día.
La meditación es la observación, es el momento presente. Si estoy anclada en mi respiración, estoy anclada en mi observador. Y con la repetición comienzo a identificarme con ese aspecto divino adentro de mi ser.
Hay diferentes maneras de cultivar al observador, de encontrar la manera en la que uno conecta. Lo importante es recordarnos siempre el “porque”, eso es hacerlo de un modo consciente. Sino corro el peligro de olvidar la belleza de ese espacio que estoy alimentando y perder el estimulo de ese cultivo interno.
Estefania
Instagram: @estefania.carro.bianchi
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